"No escribo para ser entendido, escribo para comprender"

Robert Cecil Day-Lewis (1904-1972),
poeta irlandés

martes, 8 de septiembre de 2015

Líneas verdes


Me gusta el color verde
porque me sabe a naturaleza,
porque me sabe a paz y a tranquilidad,
porque combina con todo,
especialmente con lo silvestre,

porque calma mi espíritu agreste
porque me hace contemplar y meditar

porque posee innumerables tonos

porque armoniza tan bien con el caer 
de la lluvia

porque sí y ¿por qué no?
por razones que, por capricho mío,
no pienso enumerar.

verde, verde, verde.

[...]

Y ahora que lo pienso 
me gusta el verde además
porque me gusta vestir de naranja
y contigo quiero armonizar.

Tú eres verde, verde, verde
suave, intenso también
inspiración ahora de mi pluma
verde, verde, verde
que ya no quiere terminar.

[...]




Redactado por PIM

sábado, 13 de junio de 2015

ODA AL ÁRBOL


Árbol, me gustas, te admiro, te quiero
porque eres fuerte.

Tu tronco, tus copas, tus raíces,
la esplendorosidad de tus múltiples ramas
que se extienden y alcanzan el cielo.
En ellas brota la vida, las suaves
hojas tiernas y verdes.
Las manzanas rojas y robustas,
los pajarillos que adornan tu sinfonía.

Tu aroma, tu perfume me es irresistible
respiro, te aspiro y me atraes
y aún, pese a tu rigidez, me abrazas y acaricias
¡oh! cuán formidables son tus [...]

Tus pies hermosos, que son sabiduría se
"atañen a la tierra", me siento segura cuando
me siento a tu sombra, sonrío y soy feliz.

Dime, ¿qué tienes tú que sin más me has
cautivado?
Cuando estoy triste, sola, estresada, hacia ti
"acurro", y de pies a cabeza te contemplo.

Me pierdo en tus hojas, cuya cadencia coqueta
persiguen mis ojos.
te siguen cuando me sonríes y danzas
con el viento.

Y sabes, eres mío y con nadie más te comparto.

Eres vida, eres mi añoranza, quisiera 
un día poderte representar.

Estamos cerca y estamos lejos, mas algún día
nos fundirá la tierra.

martes, 28 de abril de 2015

"Hemos perdido aún", por Pablo Neruda (poesía)


Hemos perdido aun este crepúsculo.
Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
mientras la noche azul caía sobre el mundo.


He visto en mi ventana
la fiesta del poniente en los cerros lejanos.


A veces como una moneda 
se encendía un pedazo de sol entre mis manos.


Yo te recordaba con el alma apretada
de esa tristeza que tú me conoces.


Entonces dónde estabas?
Entre qué gentes?
Diciendo qué palabras?
Por qué me vendrá todo el amor de golpe
cuando me siento triste, y te siento lejana?


Cayó el libro que siempre se toma en el crepúsculo,
y como un perro herido rodó a mis pies mi capa.


Siempre, siempre te alejas en las tardes
hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas.